HISTORIA DE CATANIA
Antigüedad
Catania fue fundada en el siglo VIII a.C. por los griegos, que la llamaron Aítnē o Ætna, que significa "detrás del volcán". Más tarde pasó a llamarse Katane y posteriormente Etna.
En el siglo III a.C., durante la Primera Guerra Púnica, fue conquistada por los romanos, que le dieron el nombre de Catana o Catina.
En el siglo II a.C. tuvo lugar una de las más graves erupciones del volcán Etna, que afectó seriamente a la ciudad.
Edad Media
A principios de la Edad Media fue asaltada por los vándalos y ocupada por los ostrogodos, aunque en el año 535 fue reconquistada por el Imperio Romano de Oriente, bajo cuyo mando permaneció hasta el siglo IX.
Posteriormente perteneció al Emirato Islámico de Sicilia hasta el siglo XI, momento en que pasa a manos de los normandos.
En 1169 un terremoto destruyó parte de la ciudad.
En el siglo XIII pasó a depender de la Corona de Aragón y se convirtió en residencia de los Reyes. En el siglo XIV la ciudad gana más importancia y se convierte en sede del parlamento siciliano y en la capital del Reino de Trinacria (Sicilia).
En el siglo XV se fundó la Universidad, que es la más antigua de la isla.
Edad Moderna y Contemporánea
A finales del siglo XV Castilla y Aragón se unieron, por lo que Sicilia pasó a formar parte del Imperio Español.
En 1669 el Etna entró en erupción y asoló Catania y otras muchas ciudades de la zona, por lo que se hizo necesario reconstruir un gran número de edificios. Los arquitectos aprovecharon esto para copiar las técnicas arquitectónicas del barroco, que triunfaban en la Italia continental, y darles su propio toque, creando el estilo que se ha dado en llamar barroco siciliano.
En 1860 Giuseppe Garibaldi, junto a la Expedición de los Mil, conquistó Sicilia, hecho que fue el principio de la unificación de Italia.